UN
"THRILLER" POLITICO COMO LOS DE ANTAÑO
"La
intérprete" es una película como las de antaño, uno tiene la sensación
de haber retrocedido a la década de los 70 donde proliferaban este tipo
de cine político, aunque bien es cierto que sus propuestas se han actualizado
a nuestros tiempos y no deja de tener un interés con sabor a actualidad.
La trama gira en torno al personaje de Silvia Broome, una intérprete
nacida en África que escucha por casualidad una conversación en un dialecto
que casi nadie conoce en la que amenazan con asesinar al presidente
de un país africano que debe intervenir en la Asamblea de las Naciones
Unidas. A partir de esa premisa algo típica del testigo inocente que
se ve envuelto en peligro de muerte, la película se centra también en
la relación de la intérprete con el agente federal encargado de protegerla
y que no acaba de fiarse en un principio de ella, algo que tampoco resulta
original en exceso.
De todas formas, pese a ese planteamiento aparentemente simple se esconde
una trama bastante más compleja (y en ocasiones confusa) en la que se
perderan los más despistadillos. Sydney Pollack es un veterano contando
historias y sabe manejarse perfectamente en su trabajo, así que consigue
equilibrar con bastante acierto todos los elementos con los que cuenta
y consigue que el producto final sea correcto, como en sus mejores producciones
anteriores.
Lo más interesante es el duelo de desconfianzas entre los
personajes interpretados por Nicole Kidman y Sean Penn, y claro con
esos actores la película sube enteros porque como casi siempre ambos
están ajustados a sus papeles, con buena química y momentos muy intensos,
son de ese tipo de actores que son capaces de hacerte creer que la tierra
es plana con una mirada. Sin duda, la elección de los protagonistas
es un acierto, y en general de todo el reparto.
Una película sin estridencias, elegante, como las de antaño, que contiene
una escena magnífica y de montaje milimétrico centrada en un autobús
y que a la larga supone un lastre para el desenlace del film, ya que
el clímax de esa escena es tan álgido que no consigue volver a alcanzarlo
en el clímax final algo chapucero. En líneas generales, un buen film
para dedicar la tarde y no perderla con algunas boberías de la cartelera.
U.C. (Daniel Farriol)